Serie
Haciendo camino mientras ando
Colgando sin ser aguacate en Vancouver

"Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros"
Groucho Marx













Me tomó casi 56 años llegar al otro extremo.

La alegría y la euforia del principio se desvanecen rápidamente en cuanto pierdo por primera vez el equilibrio y siento la inseguridad de la adolescencia. No sabía si tomar una foto o aprender a mantenerme en pie. Lo cierto es que, aunque no quería, debo continuar caminando sobre aquel puente de batiente madera, de apenas dos carriles, no sé si porque los 452 asiáticos que vienen detrás me presionan o porque los 78 norteamericanos que van adelante tienen tal cara de felicidad que hace que me invada la ansiedad de querer saber qué va a pasar cuando llegue al climax: la mitad del puente! Allí, la fuerza del zapateo de los que comienzan este recorrido se siente con la misma intensidad que los saltos de satisfacción que dan los que me anteceden.

Casi cuando llego al punto más descolgado del puente, me detengo a mirar: Hacia atrás para darme cuenta que el miedo no me detuvo, pues nunca sentí miedo. Hacia abajo, para notar la fuerza que trae el río, natural, indómito y muy caudaloso. Hacia arriba y observo la altivez de los árboles, uno al lado del otro, compitiendo por el premio mayor: un rayo del sol (¿Cuántos rayos de sol habré logrado capturar en mi recorrido?, me pregunto). Miro hacia adelante y me percato que el puente no ha dejado de serpentear, inquieto, retador e insinuante. Continúo.

Llego finalmente a la mitad. Extiendo los brazos y me lleno de energía. No me detengo. Cada paso, de allí en adelante, cada estremecimiento del puente, me confirmará la certeza que ya tengo de haber elegido el puente correcto, el camino que siempre deseé: Diverso, sorprendente, emocionante y al mismo tiempo sólido, seguro y esperanzador. Llego al punto final solo para entender que no ha terminado el camino, que quedan más puentes por recorrer, más árboles que conquistar y la selva, allí, imponente y maternal. Me siento fortalecido y agradecido.

Continuemos, pues!

Vancouver, 25 de agosto de 2015

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