El primer traspiés fue doloroso: Otra vez y por cinco años más... INCREIBLE, ciertamente, nadie se lo creyó ni se lo creen todavía. Asimismo, con la decepción encima, sin vacuna y sin ninguna otra cosa que celebrar, nos fuimos para Miami, en vuelos diferentes y con los planes totalmente alterados antes de arrancar. Aun así valió la pena. Nos lo merecíamos!
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