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Marinela, mi Odontóloga, clienta y amiga
 Desde que Marinela re-comenzó a jurungarme los dientes nuevamente, ya no dejo de mirármelos en cuanto espejo se me atraviesa en el camino y hasta me tomo fotos sin rubor alguno. Viva la tecnología!!!
 Esa parte de abajo de estos zarcillos colgantes son Drusas, en este caso grises. Las hay de diferentes colores. He vendido dijes y zarcillos con Drusas blancas, moradas e incluso color tierra. Son muy extrañas y su textura, como arena, hacen a las joyas que las incluyen, UNIQUE!
 Café cremoso y humeante y un extraordinario cachito de Pavo para aplacar un poco las hormonas cuando se arborotan
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Mi querida Doctora,
Tal como dicen mis primas, las que se quedaron en Maracaibo, el tiempo de Dios es perfecto. Ciertamente, esta afirmación está chévere cuando se trata de mi vecino, pero cuando es a mí a quien le va a caer el balde de agua, llego a la conclusión que Dios es Venezolano: Lo deja todo para última hora.
Hoy en la pastelería, donde estaba acometiendo un pequeño pecado, escondido en una mesa al fondo para que nadie me viera, mientras le metía el tercer mordisco a un cachito de pavo y queso, sentí que se invertían lo papeles: El cachito estaba masticando a una de mis muelas.
En mitad del desespero, porque la verdad es que me estaba disfrutando el cachito como nunca, no sabía si botar (en pleno comedor) ese merjunge que tenía en la boca… o, simplemente, continuar como si nada y dejar que el tracto digestivo hiciera lo que él sabe hacer con la mitad de la muela que me hubiera tragado. Pero no, decidí usar los dedos… escarbé entre el montón de pedacitos de pan y jamón que ya estaban casi listos para ser engullidos y logré agarrar el pedazo de muela que le dio por desprenderse.
En ese instante, me hinqué y le susurré a Dios: “Con que ganara Chávez ya es bastante castigo, para que también te vengas a afincar en mi dentadura que yo creía ´perfecta´” … y de paso le pregunté: “¿Tú no escuchaste nunca ese refrán que dice… “Todo el mundo quiere hacer leña del árbol caído”?”… Cónchale!
Una mitad de la muela todavía está instalada en mi boca, de lo más horonda ella, sin ningún tipo de dolor y además de los más lucida. Sí vale!, me refiero a que la mitad que se desprendió es la que da hacia adentro, así que cuando me carcajeo, nadie se da cuenta que la señorita es pura fachada. La única que se entera es la lengua que, ahora, como tiene una nueva textura por la cual pasearse, no deja de visitar esa área de la boca como si ello le provocara un morboso placer. Me recuerda cuando, siendo muchacho, apartaba todos los juguetes viejos cada vez que me traían de regalo uno nuevo.
Además, cada vez que la lengua pasa por allí siento que se desprenden unos cuantos grumitos más. Sabes? La sensación es muy extraña, solo comparable con la visual que produce las lujosas Drusas engarzadas en las joyas maravillosas que tú conoces e incluso sueles lucir frecuentemente en tu estilizado cuello.
Lo cierto es que mientras la mitad de la muela que quedó en la boca está disfrutando de las mieles de la fama, al ser reconocida como única, la otra mitad está en mi cartera, donde la guardé pensando que tal vez tú pudieras rescatarla e injertarla nuevamente, aunque, para ser sincero conmigo mismo, pienso que la puse allí, pues, quiera o no, me duele desprenderme de algo tan mío.
De todas maneras, el martes, a la cita que coincidencialmente concertara hoy en la mañana, no solamente llegaré con media muela menos, otra media muela metida en la cartera, sino que además con un par de zarcillos de Drusa que recientemente me llegaron para que los aprecies, te enamores y los luzcas.
See you,
Besos,
Edgar
Hacía una semana que seguíamos teniendo el mismo presidente y estamos en el 2012... pensar que cuando Miriam y yo comentábamos "... y este carajo quiere quedarse hasta el 2011...", eso nos parecía una eternidad!, lo cierto es que, aun sin poder digerir la visión de estos próximos 5 años que se avecinan, estaba en esa pastelería ubicada en la Candelaria (Caracas) donde suelo comerme un cachito de jamón de pavo super-delicioso siempre acompañado de un marrón-claro-grande-bien-caliente cuando esto me ocurrió, ese viernes 12 de octubre de 2012, día que, por pura coincidencia, había hecho una cita de genuino y auténtico seguimiento con Marinela, mi Odontóloga, clienta y amiga, la cual se convirtió, me refiero a la cita, en casi una emergencia de dolores espasmódicos.
Corolario (25 de Octubre de 2013)
Estoy perdiendo credibilidad
Haz como Miguel Ángel... por favor!
Esta mañana salí muy orondo a mostrarle mi muela reparada a todos los amigos de la cuadra.... para nada. No hubo alguien que me creyera. Todos coincidieron en que allí, donde yo les señalaba con el dedo, no se notaba ninguna unión extraña, ni tampoco se notaba diferencia alguna entre lo que yo les decía que era nuevo y la fachada original que no se cayó, es más ni siquiera pudieron notar el contraste del color. Con decirte que alguno se atrevió a pasar el dedo por la muela a ver si notaba alguna diferencia en la textura... NADA!
Necesito que le des con el martillo a la muela que esculpiste o, por lo menos, le pases "a lo loco" ese taladro que suena como una pesadilla cada vez que lo metes en la boca... a ver si así me creen.
Eso lo hizo Miguel Angel con el Moisés ... porqué tú no?
Besos,
Edgar
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