
Pascual o Pascualino, según se nos antoje. Dice Johanna: "El que todo lo sabe"
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Marthica Dice Johanna: "La emprendedora"
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Johanna Digo yo: "La camaleónica"
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Gladys Dice Johanna: "La p.o. y especial"
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María Dice Johanna: "La que da suerte"
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Franklin Dice Johanna: "El callado"
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Alejandro Dice Johanna: "El Galán"
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Nancy Dice Johanna: "La siempre alegre"
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Esa noche Alejandro no estaba. No había aparecido y como siempre nos sucede, la idea se nos ocurrió justo cuando andábamos ligeros de ropa, algo húmedos y además descansando de nuestro interminable ir y venir.
La propuesta la lanzó Johanna y, por supuesto, lo primero que revisamos fue el sitio del encuentro. Su apartamento, según ella, es muy pequeño. Mi apartamento está muy repetido, digo yo. Entonces, surge la propuesta de Pascualino, maravillosa por cierto: “En mi casa puede ser, pero debo consultar primero”.
No había nada más que pensar, estábamos solo nosotros, acurrucados en ese rincón de la piscina, compartiendo de carril a carril. Los otros compañeros seguían ejercitándose yendo y viniendo. Alejandro, quien hubiera podido ratificar la conveniencia de la fecha escogida para celebrar el desayuno si hubiese asistido al entrenamiento, no había ido. Alejandro no estaba.
Los preparativos comenzaron de inmediato, siempre esperando pacientemente que Pascualino se pronunciara, lo cual ocurrió, ciertamente, pero una semana después, luego de un oportuno recordatorio que le hiciéramos llegar. “Les tengo una noticia EL DOMINGO VA EL DESAYUNO hoy terminamos de definir todo”.
Sin embargo, ese retraso de casi semana y media resultaba muy oportuno, pues nuestra querida Nancy necesitaba reposar. Parecía que el tiempo de Dios era perfecto, pero no… Alejandro no aparecía por ningún lado. Alejandro no estaba.
La convocatoria para ultimar los detalles fue enviada por Pascualino y nos dimos cita en el Eugenio Mendoza. Esa fue una reunión muy particular y por demás productiva.
“Mis queridos amigos,
Ustedes no tienen idea de la maravillosa experiencia que es organizar una reunión con Pascualino. Totalmente planificado el carajo! Con Tableta electrónica y todo. No como Marthica, quien también estaba presente y se emocionaba toda cuando pedía que el desayuno (ése que estamos planificando entre todos) se convirtiera en una degustación: “Nada de Arepas mollejúas rellenas de carne mechá” así decía mientras arrugaba la nariz de Miss que tiene.
Bueno, lo cierto es que ella quiere que las porciones que nos llevemos a la boca sean “petite” para que de esa manera podamos probar de todo, quiero decir, de todo lo que cada uno de nosotros llevemos. En ese aspecto, decía yo, humildemente, pues que cada quien llevara lo que le diera la gana, es decir, tipo SORPRESA!!!.
Pero no, después salió a relucir que la sorpresa nos la íbamos a llevar todos nosotros cuando viéramos que a todos se les ocurrió llevar (pudiera suceder) Pan de Jamón, vuelvo y me explico: imagínense que a nadie se le ocurra llevar unos huevitos, un pedacito de queso, o de jamón planchado, o una tortica, NADA, todo el mundo apareciendo en casa de Pascualino con un Pan bajo el brazo… y así fue como Pascualino nos convenció que lo mejor era planificar la comedera para que quedara “a pedir de boca”(como decía mi abuela).
Se la perdieron.”
Todos estábamos emocionados, Nancy nos decía que pensaría para ver qué podía aportar dentro de ese concepto Gourmet que tanto inspiraba a Marthica. Franklin inmediatamente dijo “Presente!” y Gladys sonrió como solo ella sabe hacerlo cuando se siente satisfecha de nuestra compañía. Alejandro no respondió. Alejandro no estaba.
La única que estaba contrariada era Johanna, pues insistía que ella quería estrenar ese hornito que compró en la carretera vía-Cabudare. “Las arepas quedan aventaitas” nos decía como para convencernos que ese día se luciría si le permitíamos hacer sus arepitas.
“El secreto está en el tamaño” así le dijimos y Johanna volvió a ser feliz aun sabiendo que esa mañana de domingo tendría que cargar con el hornito a cuesta.
El plan estaba más que claro, por lo que nos dedicamos a disfrutar de los preparativos, cada quien por su lado, bregando para conseguir los insumos que cada día están más escasos en esta maravillosa tierra.
Cuando de repente escuchamos el fuerte campanazo que nos envió Pascualino: “Señores hoy no hay piscina, quién viene para planificar lo del domingo”. Todos nos quedamos con los ojos claros y sin vista. “Si el dueño del recinto donde nos íbamos a reunir tenía duda, el desayuno como que estaba en pico’e zamuro” así pensaba yo y enseguida tuvimos que ponerle los puntos sobre las í-es a nuestro estimado pero confundido amigo.
Finalmente, Alejandro revisó su Whatsapp y como no entendió nada de los habíamos estado conversando, lo único que atinó a decir fue: “ … que si el chicharrón con pelo, … que si festejos Canaima…” (valga la cuña!). El pobre estaba como si le hubiera dado chukungulla, estaba como perdido, es decir, Alejandro no estaba.
Johanna se mantenía firme con el hornito para las arepas al hombro. Mi aporte fue una sorpresa hasta el final, mientras que Gladys se comprometió de inmediato a preparar unas caraotas. Marthica también develó su propuesta: Cachapitas con quesito guayanés. Pascual se anotó con el postre y Franklin, casi en paralelo, confirmó que traería jugo de naranja.
De esta manera llegó el domingo y con él, muy temprano en la mañana, aparecieron las deserciones: Nancy no se sentía del todo bien, Franklin se accidentó con la moto y nos perdimos de su sapiencia y buen quehacer en los juegos con los que nos divertiríamos ese día de celebración y jolgorio. Elena nos privó del placer de probar su extraordinario Pan de Jamón, ése que ella iba a preparar artesanalmente con nueces, pasas y alguna que otra delicatés. Todos esperábamos que Alejandro nos diera la sorpresa de aparecer sin avisarnos, tal como él nunca suele hacer, pero no sucedió así. Alejandro no estaba.
La mañana de ese domingo fue muy especial, algo nublada y bastante fresca, la fuimos llenando de villancicos, aguinaldos y alguna que otra gaita, mientras el hornito de Johanna hacía lo suyo y Marthica sudaba la gota gorda tratando de que las Cachapitas no se les quemaran. El café montado por Pascual duró “toda la vida” en borbotear. Petróleo Negro, pero con sabor a buen Café.
Mi sorpresa seguía sin develarse y todos los presentes apostaban por diferentes opciones. Hubo quien aseguró que era un Quesillo y otros optaron por Carne Mechada.
Sería solo coincidencia o tal vez fue el destino que no quiso que aquella cocina tan pulcramente custodiada por Pascualino se sobresaturara de olores y sabores, pero lo cierto es que Gladys apareció con su cargamento de Caraotas justo cuando estábamos sirviendo la mesa. En este momento, junto con Gladys, apareció Jesús Sevillano con su insuperable y melodiosa voz para darle inicio a este maravilloso desayuno navideño que organizamos entre todos y aunque quisimos esperar a Alejandro, nuestro muy estimado amigo nunca llegó. Alejandro no estaba.
Un asado “Medio-Marrón” al mejor estilo maracucho, adobado con muchas especias, entre otras, clavitos de olor, fue la sorpresa que preparé para este encuentro. Complementaba muy bien las caraotas de Gladys, las arepitas de Johanna y las cachapitas de Marthica.
No quedó nada, ni para los perros, ni para nadie, ni siquiera para Alejandro, quien descaradamente había pedido que le guardaran en la nevera algo de lo que fuéramos a comer… tal vez si se hubiera acercado, aunque un par de minutos, seguramente hubiese degustado aquellos manjares que tan buen sabor tenían. No se apareció, Alejandro no estaba.
Sin embargo, si a ver vamos, la gran sorpresa de esa mañana resultó ser el postre, estratégicamente elaborado por Pascual: Una Torta Ópera espectacular! Intenso sabor a Café con fuertes toques de chocolate rellenando un biscocho de vainilla, suave y elegante. Una delicia que cerró con broche de oro este desayuno acuático.
Lo que luego sucedió no fue sino el resultado de tomarnos una botella de espumante que abrimos para celebrar la navidad de este año 2014. Navidad a la que luego le pudimos dar la bienvenida en la Plaza Bolívar de Chacao.
Así fue, durante la sobremesa de este desayuno tremendamente sabroso y completo por demás, mientras jugábamos Stop y luego Dominó, comentamos que esa noche se daría inicio a la navidad en el Municipio Chacao y que en la Plaza Bolívar se celebraría un concierto muy especial y hasta allá fuimos a dar. Se presentó la Orquesta Sinfónica de Chacao, los Pastores de San Joaquín y las Voces Juveniles de Caracas (del Colegio Emil Friedman). Un espectáculo a cielo abierto que le dio un toque tradicional a nuestra celebración de fin de año. Allí, en la plaza, se nos unió María quien compartió con nosotros su buen humor y sus gestos de buena voluntad. Alejandro no estaba.
Johanna, quien tuvo que abandonar la celebración a mitad del día, nos invitó a su casa, luego de convencerse que “el tamaño no importa”, de tal manera que al día siguiente, como quien continúa la parranda luego de un brevísimo descanso, nos dimos cita en su apartamento donde picamos, tapeamos y jugamos mímica hasta la medianoche.
Digno de resaltar de la paliza que nos dieron fue la media hora que tardó Johanna en adivinar La Hoja que Rasca. Esto apenas si le restó brillo a la genialidad de Stefi, quien lo que tiene de menuda y delicada le sobra en creatividad y agilidad mental. Mis Respetos!.
También lo fue el gesto tan erótico que hizo Pascual para ilustrar al Harry Potter que el otro equipo adivinó oportunamente. Las cosas que pasan por la mente de nuestro querido amigo Pascual no son fáciles de intuir, es como tratar percibir la realidad que pasa por nuestros ojos a través de una placa radiográfica.
Lo más patético de esta sesión de mímica fue el inicio de la misma, cuando inesperadamente y sin advertencia alguna, el primer título seleccionado fue "Gaceta Oficial": no me sirvió de nada la reminicencia de las carreras de caballo que en mi infancia solía disfrutar desde lo lejos en casa de Ti'Angela, ni tampoco funcionó que me cuadrara 28 veces con la esperanza que le llegara a mi equipo el saludo de los militares, quienes, por cierto, en este país cada vez menos respetan lo que su formación les exige.
Alejandro, desde la distancia, seguía apostando a que él no era el único tomador de bebidas espirituosas y a través del teléfono nos recordaba la mala suerte que trae divertirse tan temprano en la semana… pero tampoco apareció para comprobar qué era lo que nosotros hacíamos para celebrar. Alejandro no estaba.
¡Feliz Navidad y un Venturoso Año 2015 para todos!
La mayor parte de esta reseña se ajusta con la realidad y doy fe de ello, incluso puedo probarlo, pero lo peor de esta gran verdad es que "Alejandro nunca apareció"!!!
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